La historia del Alfa Romeo 155 V6 TI DTM
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Escrito por David López
- octubre 19, 2020
- En Historia
La historia del Alfa Romeo 155 V6 TI DTM

- octubre 19, 2020
HISTORIA
Estamos en el año 1993. Alfa Romeo acababa de lanzar el 155, un turismo que abandonaba la tracción trasera a favor de la delantera. Una estrategia que permitía abaratar costes debido al enorme gasto que habían conllevado los desastrosos proyectos deportivos de la Formula 1 y la IndyCar. El lanzamiento del nuevo Alfa Romeo 155 coincidió con el resurgimiento de los campeonatos de turismos.
La FIA decidió crear dos únicas categorías, la Clase 1 y la Clase 2. La Clase 1 era la buena, la que permitía una gran modificación con respecto a las versiones de serie, pero sin embargo solo el campeonato alemán, el DTM, la adoptó. Gracias a este movimiento de la organización, obtuvo un gran reconocimiento internacional que acabó atrayendo el interés de muchas marcas. Estas acabaron desarrollando coches con un coste de desarrollo tecnológico y de mantenimiento equiparable a la Formula 1, pero desde Alfa Romeo lo tuvieron claro. Tenían que estar allí.
La categoría de la Clase 1 permitía un número de modificaciones casi ilimitado. Tan solo debían conservar el chasis con respecto al vehículo de serie, mientras que el motor tenía que ser como máximo un atmosférico de seis cilindros y 2.5 litros de cilindrada. Con respecto al apartado aerodinámico, permitía modificaciones por debajo de la altura del eje de las ruedas, permitiendo solo el montaje de un alerón trasero encima de los ejes. Además, se eliminó la cláusula que obligaba a producir 500 unidades de la versión de competición.
Alfa Romeo, con el reglamento en la mano, decidió montar en su nueva montura un motor V6 con una cilindrada de 2.5 litros, el máximo por reglamento, que rendía una potencia de 420 CV a la friolera de 11.500 RPM. Los pistones eran de carrera corta, al estilo Formula 1, por lo que las revoluciones por minuto eran altísimas. Las culatas -la de admisión era de titanio- alojaban cuatro válvulas por cilindro que eran impulsadas por dos árboles de levas.
Para la transmisión contó con la Q4, prestada por Lancia y posteriormente evolucionada por Alfa Romeo, por lo que contaba con la tracción a las cuatro ruedas gracias al uso de tres diferenciales. La caja de cambios era manual con seis velocidades, estando montada tras el motor para mejorar el reparto de pesos.
En cuanto al chasis, por reglamento tenía que ser el autoportante del vehículo de serie. Sin embargo, se le soldó un entramado tubular para poder soportar el nuevo motor, la caja de cambios y las suspensiones. La carrocería del coche de producción fue eliminada a favor de una fabricada con paneles de fibra de carbono. Recordaba a la del 155 de calle, pero, sin embargo, adoptaba un gran trabajo aerodinámico y un peso muy ligero.
El reglamento permitía ensanchar los pases de ruedas y montar un alerón trasero, pero donde mayor trabajo se destinó fue en la parte inferior a los ejes de las ruedas, donde el reglamento permitía casi total libertad. La frenada quedaba asegurada gracias al uso de discos de freno que podían variar su diámetro en los diferentes trazados del campeonato. Cabe destacar la posición del piloto, con un asiento colocado en medio del cockpit, muy por detrás de la posición normal del vehículo de serie.
Finalmente, el Alfa Romeo 155 V6 TI DTM hizo su aparición en la temporada de 1993, con el inicio de la nueva reglamentación de la FIA. La plantilla de pilotos se completó con Alessandro Nanini y Nicola Larini, ambos ex-pilotos de la Formula 1 y responsables de la dominación de Alfa Romeo en la temporada anterior en el campeonato italiano SuperTurismo.
Desde el principio quedó patente que Alfa Romeo iba a ser uno de los principales rivales de la temporada, con la casi única oposición de Mercedes con el 190 E, un vehículo que había dominado las temporadas anteriores del campeonato y que ahora había sido evolucionado a la nueva reglamentación.
La temporada de Alfa Romeo terminó con doce victorias de las veinte carreras que conformaban el campeonato. El equipo Alfa Corse dominó, especialmente Nicola Larini con diez victorias, lo que le daba el título de pilotos de aquella temporada.
Para la siguiente temporada, Mercedes no se quedó con los brazos cruzados. Con la salida al mercado del nuevo Clase C, desarrollaron un turismo de competición en base a este nuevo modelo. Opel, al igual que Mercedes, desarrolló uno en base al Opel Calibra, y Alfa Romeo, que ya tenía su bestia ganadora, continuó desarrollándolo.
La caja de cambios manual fue sustituida por una secuencial de seis velocidades, con cambio de marchas en el volante al estilo de la Formula 1. El motor fue revisado y puesto a punto, aumentando la cifra de potencia hasta los 490 CV a 12.000 RPM. La revisión del motor fue tan alta que pasó de tener los cilindros colocados en 60º a favor de los 90º, con distribución neumática. El apartado aerodinámico también sufrió cambios que mejoraban la respiración y refrigeración del motor, además de mejorar la refrigeración de los frenos y la estabilidad del turismo, incorporando un difusor en la zona inferior de la zaga. Los discos de acero fueron sustituidos por unos de carbono.
Durante el principio de la temporada, los nuevos Mercedes parecían tener la clara ventaja como para superar a Alfa Romeo, pero esta última acabó ganando once carreras del campeonato de 1994. Pese a todo, los alemanes fueron más consistentes en sus resultados y se hicieron con el título.
En 1995, con un coche que contaba ya con tres años de desarrollo, el 155 V6 TI DTM pudo hacerse con hasta seis victorias consecutivas. En un año en el que Mercedes volvió a hacerse de nuevo con el título tras vencer en el resto de las pruebas.
En 1996 llegó el ITC. El DTM dejaba pasó al nuevo International Touring Car Championship, que curiosamente supuso el final de este campeonato. Llegaba además en un año en el que la electrónica aumentó a niveles nunca visto en los campeonatos de turismos, controlando desde la tracción, pasando por el motor hasta la suspensión.
Alfa Romeo y Opel comunicaron su marcha una vez terminada la temporada debido a los altos costes que suponía competir. Quizás Alfa Romeo habló demasiado pronto, pues precisamente aquel año volvió a ganar en un buen número de carreras. Pese a todo, Mercedes volvió a llevarse el título y el campeonato desapareció hasta el año 2000, de nuevo como DTM.
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