La historia del Jaguar R5

- noviembre 23, 2020
HISTORIA
Jaguar Racing siempre será un equipo recordado en la Formula 1. No solo por la belleza del sonido de su motor V10 desarrollado por Ford Cosworth, sino también por lo icónico de sus colores British Racing Green en conjunto con el blanco y el rojo de sus patrocinadores principales. Los aficionados españoles, además, tenemos el gran recuerdo de ver vestido de verde a nuestro compatriota Pedro Martínez de la Rosa.
Por desgracia, aquello no le valía a una Ford que había comprado, no hacía mucho, a la maltrecha marca británica. Los americanos lo habían planeado todo para mejorar la imagen de los británicos: compraron el equipo de Sir Jackie Stewart al completo, el Stewart Grand Prix, cambiaron su nombre por el de Jaguar Racing y crearon todo un equipo formado por nombres ilustres de la competición, como Bobby Rahal, Niki Lauda o Steve Nichols.
Sin embargo, aquello no fue suficiente y, tras cuatro años de vaivenes en los Grandes Premios, Ford se vio obligada a lanzar un ultimátum en que se marcaba el año 2004 como la última posibilidad para hacer, de aquella actividad en los circuitos, algo rentable.

Tony Purnell y Dave Pitchforth se mantuvieron, por segundo año consecutivo, a la cabeza del equipo, con Robert Taylor como diseñador principal del nuevo monoplaza. En cuanto a los pilotos, el australiano Mark Webber se mantuvo en la plantilla gracias a los buenos resultados obtenidos en la campaña anterior, mientras que Justin Wilson fue sustituido por el debutante austriaco Christian Klien -ganador en 2003 del campeonato europeo del Formula 3-.
El Jaguar R5 contaba con una nueva unidad de potencia desarrollada por Cosworth Racing, la CR6, basada en la anterior CR5 del Jaguar R4. Contaba con un bloque V10 de aleación de aluminio con sus cilindros enfrentados a 90 grados. Contaba con culatas de aleación de aluminio con doble árbol de levas y cuatro válvulas por cilindro. La aspiración era atmosférica y la potencia rondaba los 850 CV a un altísimo régimen de 18.500 RPM. La potencia era enviada a las ruedas del eje trasero a través de un embrague multidisco y una caja de cambios secuencial de siete velocidades fabricada por la propia Jaguar.
El chasis era un monocasco de fibra de carbono que contaba con un sistema de suspensión formado por brazos oscilantes de fibra de carbono y una geometría de amortiguación de tipo push-rod. La frenada quedaba asegurada gracias a discos de freno carbocerámicos ventilados.
La temporada comenzó con el Gran Premio de Australia en Melbourne. Lo que tuvo que haber sido una mejora en el rendimiento de los monoplazas, acabó por marcar un decepcionante inicio de año. Mark Weber se vio fuera de carrera por una rotura en la transmisión y Klien terminó el onceavo, a dos vueltas del primer clasificado, el Ferrari F2004 del alemán Michael Schumacher.
Los primeros puntos se hicieron esperar hasta el tercer Gran Premio, el de Bahrain, con Weber terminando octavo, sumando un solo punto. Klien, en cambio, terminó penúltimo. El piloto austriaco no terminaba de hacerse al monoplaza y, carrera tras carrera, le costaba llegar a la décima posición.
El Jaguar R5 se mostró más fiable a lo largo de la temporada. Pero, sin embargo, era más lento que sus principales rivales. Weber logró sumar una sexta, una séptima y una octava posición, pero los resultados generales eran peores que en la temporada anterior.
Klien solo llegó en dos ocasiones a lograr la décima posición, pero los puntos tuvieron que esperar hasta el final de la temporada, donde en el Gran Premio de Bélgica, en el mítico y rápido trazado de Spa-Francorchamps, logró terminar en sexta posición, sumando dos puntos a su casillero y al de Jaguar Racing.
El equipo Jaguar terminó la temporada con solo 10 puntos en la tabla de clasificación de constructores, terminando por tercer año consecutivo en séptima posición. Conseguir puntos era caro y Ford había cortado el grifo hacía dos años. Con aquella acción resultó prácticamente imposible lograr los objetivos marcados por los estadunidenses.
El ultimátum se cumplió y Ford vendió, finalmente, el equipo Jaguar Racing a finales de aquella temporada. La estructura fue a parar al negocio de bebidas energéticas Red Bull, formando la escuadra Red Bull Racing. Los austriacos decidieron entrar de lleno en el campeonato tras varios años apoyando económicamente a otros equipos mediante contratos de patrocinio. Christian Klein se mantuvo en el nuevo equipo, pero Weber se mudó al equipo Williams.
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